viernes, 11 de noviembre de 2011

352 - Un día escuchemos a los sordos





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Un día escuchemos a los sordos

Las personas deben entender lo que a gritos reclaman los sordos: ellos no son personas incapaces ni torpes. Ellos piden que se les ofrezca oportunidades laborales y educativas.

Las personas sordas no son mudas, hablan con fluidez, tienen una lengua perfecta de signos y a través de ella piensan, sienten, sueñan, investigan, generan conocimientos e interactúan con el mundo. Se hallan dispersos en todos los países del planeta desde Japón, pasando por España, Afganistán, Egipto, Inglaterra, Estados Unidos, Argentina o Colombia.  Desempeñan todos los oficios y profesiones: arquitectos, ingenieros, docentes,  pintores, músicos,  empresarios,  universitarios, estudiantes de secundaria, primaria o niños de preescolar. Pero también los hay sin trabajo, sin educación, pobres, marginados, despreciados por sus familias y la sociedad, despojados de todos los derechos humanos.

De los 70 millones de personas sordas que existen en el mundo el  80%  no tiene acceso a la educación.
Solo del 1 al 2% de estas personas  reciben formación en lengua de signos, la lengua de los sordos.
Esta situación es más grave en los países en vía de desarrollo en los que la situación de las mujeres y los niños sordos es muy crítica.

La intención fundamental fue llamar la atención sobre la condición de indefensión en las que se hallan  las personas sordas y solicitar la restitución  de sus derechos fundamentales.

“Los derechos humanos son universales y pertenecen a todos sin distinción de sexo, origen nacional o étnico, color, religión, idioma o cualquier otra condición como la discapacidad o la sordera.
Por lo tanto, las personas sordas tienen derecho a ejercer los derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales en igualdad de condiciones con los demás”

Los sordos no son Pacientes Enfermos, sino Sujetos Sociales con Derecho pertenecientes a una comunidad lingüística minoritaria.

Lo que significa NO determinar la sordera como una enfermedad, sino como una forma distinta de percibir y comprender el mundo, siendo así personas Diferentes más no Deficientes, capaces de desarrollar multiplicidad de acciones como las que podría desarrollar cualquier ser humano.

Como entender los derechos de los sordos

Consideramos que los derechos de los sordos se pueden resumir en los siguientes puntos :

1) Reconocimiento por parte de las sociedad  de la Lengua de Señas como la lengua natural de los sordos vinculada al patrimonio cultural, social, histórico y religioso del país; 2) Educación bilingüe para los niños y jóvenes en la que se ha de enseñar primero  la Lengua de Señas y luego el español en lo concerniente a leer y escribir;
3) Accesibilidad  a la información  en una sociedad en la que todo está diseñado para los oyentes. Por ejemplo, derecho a tener acceso a los documentos oficiales y medios de comunicación; y,
4) Derecho a un intérprete para interactuar  con el mundo de los oyentes, asistir a la escuela, el colegio, la universidad, el trabajo sin detrimento de su patrimonio personal. Los intérpretes deben ser pagados por el estado.


Dos historias de vida

La WFD calcula que en el mundo existen unos 70.000.000 de sordos. Si juntáramos todas esas personas en un solo lugar tendríamos un país casi dos veces más grande que España.

Imaginemos entonces ese inmenso país de sordos, sus calles, sus centros comerciales, sus universidades, sus discotecas, sus museos, sus presidentes, sus alcaldes, sus jueces, etc.

Sería acaso el país más silencioso del mundo, sólo el movimiento de las manos delatarían las conversaciones y la algarabía.
Pero sería un país más justo para los sordos, una nación hecha a su medida en donde todos los ciudadanos se unirían para crear sus propias leyes y ese 80% mundial de personas sordas de la que hablara la WFD,  sin educación y sumidas en la pobreza, se realizarían como personas.

En Estados Unidos existe una universidad sólo para sordos con un rector, estudiantes profesores y empleados sordos.
Es la universidad privada de Gallaudet, ubicada en Washington D. C, y apoyada por el Congreso de la República. En ella se dictan clases utilizando la Lengua de Señas de Estados Unidos y en segundo lugar el inglés.
La universidad fue abierta en 1857 y desde entonces a ella convergen todos los sordos del mundo con el fin de cursar estudios superiores.

Falta mucho por avanzar, sobre todo, erradicar los prejuicios de la sociedad.

Las personas deben entender lo que a gritos reclaman los sordos: ellos no son personas incapaces ni torpes.

Hoy hablaremos de un tema interesante. Titulares
Ellos, las personas sordas, piden que se les ofrezca oportunidades laborales y educativas, que no se les estigmatice, que se les escuche con respeto y se les vea como seres humanos integrales, ciudadanos con todos los derechos y deberes.

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