SUCESOS
Hoy daremos una noticia con el título “¿Qué pasa en Mataró?”.
El mes de mayo está resultando muy extraño, en los alrededores de mi casa, en las calles, pasan muchas cosas raras.
El pasado 17 de mayo se encontró una mujer mayor, de 86 años, muerta en su casa.
Por la mañana su hija fue a visitarla y al abrir la puerta se llevó un susto al encontrar a su madre tirada en el suelo con golpes en la cabeza y sangrando. Llamó al Servicio de Emergencias Médicas, de Mataró, de Barcelona, o de Catalunya en general. El SEM acudió con ambulancias y el médico, después de verificar, certificó la muerte de la señora.
El mismo médico llamó a la policía, los Mossos d’Esquadra (así se llama la policía catalana).
Acudieron varios agentes al domicilio para investigar la causa de la muerte e impidieron la entrada para que no se tocara nada.
Hay dudas entre que se haya caído y golpeado la cabeza o que sería un homicidio. No se sabe aún.
La policía nos ha respondido que hay que esperar a que se haga la autopsia.
Por otro lado, en la calle al lado de mi casa, enfrente a los balcones, otra señora mayor, de 82 años, ha muerto.
Los Mossos recibieron una llamada telefónica de una mujer, por la voz sabían que era mujer, que les avisó de que una señora mayor estaba muerta en el balcón. Los Mossos urgentemente acudieron a la calle Pompeu Fabra, de Mataró, y con los vecinos delante abrieron la puerta que estaba bien, sin destrozos, y cuando la abrieron la encontraron en la cocina, muerta en medio de un charco de sangre por degüello con cuchillo, que no ha sido encontrado.
La policía dice, en el caso de la primera víctima en su casa, -cerca también aunque un poco más apartada, en la Vía Europa, cerca de la Plaza de Granollers-, que están investigando los contenedores de basura por si encuentran algo que hayan tirado o escondido.
También, en el segundo caso –la de la casa al lado de la mía- la policía también investiga la basura pero es más difícil porque son contenedores subterráneos y se levantan con grúas, para buscar el arma con la que han degollado a la segunda víctima.
La primera fallecida era viuda y la segunda soltera, muy conocidas por todos en Mataró. Yo la conozco porque hace 20 años que vivía enfrente de mi casa y estaba jubilada, trabajó en Telefónica, y tenía dinero y muchas joyas. Era “glamourosa” y guapa, a pesar de ser muy mayor, 82 años, solía vestir bien y elegantemente.
La policía sospecha, aunque no tienen pruebas, que sí fue asesinada pero de robos en la casa no se sabe porque el dinero lo tenía en el banco y eso no se puede robar. De su casa no pueden saber porque vivía sola, era soltera, y las sospechas pierden fuerza cuando no se saben qué tenía. Si se supiera ya lo habrían comunicado, pero como no… hay varios interrogantes.
Ahora yo me he llevado una sorpresa enorme, en la calle de mi casa hay un bar-panadería, donde venden pan. En ese bar muchas veces, por la mañana, he desayunado, las señoras fallecidas siempre iban cada día a desayunar y yo las conocía de vista, sentadas, dos no, cinco señoras mayores, que siempre se reunían y hablaban. Las conocía pero nunca les decía nada y después de desayunar me iba.
¿Quién las mató?... Lo descubrió la propia policía. ¿por qué?, lo explicaré ahora:
Al recibir la llamada la policía, del segundo crimen, era la voz de una mujer y junto al bar-panadería, enfrente, hay una cabina telefónica desde la que avisaron de que había una mujer muerta en el balcón.
La policía elucubró porque la mujer que llamó dijo que estaba en el balcón y la verdad es que la policía la encontró en la cocina, por lo que se sospechó que la mujer sabía algo al decir que estaba en el balcón. ¿Por qué?, en la investigación se descubrió sangre en el balcón por lo que la señora mayor, en su agonía por la pérdida de sangre del degüello se arrastró hasta la cocina donde está el teléfono pero no le dio tiempo al morir desangrada.
La policía, ante sospechas, fue preguntando a los vecinos y descubrieron que era la misma propietaria de la panadería, yo la conozco, que siempre ayudaba a las ancianas, que vivían solas en sus casas, siempre ayudándolas y llevándolas la comida a veces. Le pedían cosas para que las comprara y ella acudía para hacer los recados para las señoras de las que tiene llaves de sus casas.
Por mala suerte es que ellaes de bajo intelecto… ¿por qué? Después de los asesinatos, robó las joyas y el oro, se fue a trabajar a la panadería con las joyas puestas, asombrando a los clientes porque tan pronto tuviera oro y opulencia. ¿Cómo es eso?, además llevaba un moratón en un ojo, de alguna pelea, así como algunos arañazos y eso hizo detenerla. Cerraron la panadería para investigar y se la llevaron presa.
Hasta ahora no se sabe si es culpable o no. No se sabe, sólo es sospechosa.
Esa mujer, la panadera, se llama Anita y tenía, desde antes, una depresión porque su marido hacia poco que murió en un accidente de tráfico y la policía manifiesta que puede ser que esa mujer haya sufrido un trastorno porque es raro que después de apoyar a las ancianas, ayudándolas a comprar, ayudándolas con la comida que llevaba a sus casas… de pronto cambie y mate a las dos.
A la primera, ¿cómo la mató? En hipótesis con un cenicero de metal golpeándola en la cabeza y a la segunda, la degolló con un cuchillo. Pero para explicarlo hace falta que confiese la señora Anita que aún no ha explicado nada y la policía todavía la mantiene encerrada para interrogarla y dejar las cosas más claras.
¡Vaya!, dos estallidos en Mataró, cerca de mi casa y en una zona tranquila y elegante, donde todo está bien. Puede saltar la sorpresa en los vecinos de la primera víctima, cerca de la Plaza de Granollers y que manifiestan que es una zona muy tranquila y que nunca han tenido problemas. Se conocen a las dos: la victima de 86 años y la propietaria de la panadería, Anita, que tiene 52 años y a la que conocemos suficiente de verla cada día… ¿puede su trastorno llegar a matar?
La segunda, de 82 años, vecina de mi casa, es conocida en Mataró como persona buena, simpática, amable y que habla con todos. Siempre, por las mañanas, iba al bar-panadería, siempre, de la que es propietaria la asesina…
Confiar es difícil en y por cada uno.
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El mes de mayo está resultando muy extraño, en los alrededores de mi casa, en las calles, pasan muchas cosas raras.
El pasado 17 de mayo se encontró una mujer mayor, de 86 años, muerta en su casa.
Por la mañana su hija fue a visitarla y al abrir la puerta se llevó un susto al encontrar a su madre tirada en el suelo con golpes en la cabeza y sangrando. Llamó al Servicio de Emergencias Médicas, de Mataró, de Barcelona, o de Catalunya en general. El SEM acudió con ambulancias y el médico, después de verificar, certificó la muerte de la señora.
El mismo médico llamó a la policía, los Mossos d’Esquadra (así se llama la policía catalana).
Acudieron varios agentes al domicilio para investigar la causa de la muerte e impidieron la entrada para que no se tocara nada.
Hay dudas entre que se haya caído y golpeado la cabeza o que sería un homicidio. No se sabe aún.
La policía nos ha respondido que hay que esperar a que se haga la autopsia.
Por otro lado, en la calle al lado de mi casa, enfrente a los balcones, otra señora mayor, de 82 años, ha muerto.
Los Mossos recibieron una llamada telefónica de una mujer, por la voz sabían que era mujer, que les avisó de que una señora mayor estaba muerta en el balcón. Los Mossos urgentemente acudieron a la calle Pompeu Fabra, de Mataró, y con los vecinos delante abrieron la puerta que estaba bien, sin destrozos, y cuando la abrieron la encontraron en la cocina, muerta en medio de un charco de sangre por degüello con cuchillo, que no ha sido encontrado.
La policía dice, en el caso de la primera víctima en su casa, -cerca también aunque un poco más apartada, en la Vía Europa, cerca de la Plaza de Granollers-, que están investigando los contenedores de basura por si encuentran algo que hayan tirado o escondido.
También, en el segundo caso –la de la casa al lado de la mía- la policía también investiga la basura pero es más difícil porque son contenedores subterráneos y se levantan con grúas, para buscar el arma con la que han degollado a la segunda víctima.
La primera fallecida era viuda y la segunda soltera, muy conocidas por todos en Mataró. Yo la conozco porque hace 20 años que vivía enfrente de mi casa y estaba jubilada, trabajó en Telefónica, y tenía dinero y muchas joyas. Era “glamourosa” y guapa, a pesar de ser muy mayor, 82 años, solía vestir bien y elegantemente.
La policía sospecha, aunque no tienen pruebas, que sí fue asesinada pero de robos en la casa no se sabe porque el dinero lo tenía en el banco y eso no se puede robar. De su casa no pueden saber porque vivía sola, era soltera, y las sospechas pierden fuerza cuando no se saben qué tenía. Si se supiera ya lo habrían comunicado, pero como no… hay varios interrogantes.
Ahora yo me he llevado una sorpresa enorme, en la calle de mi casa hay un bar-panadería, donde venden pan. En ese bar muchas veces, por la mañana, he desayunado, las señoras fallecidas siempre iban cada día a desayunar y yo las conocía de vista, sentadas, dos no, cinco señoras mayores, que siempre se reunían y hablaban. Las conocía pero nunca les decía nada y después de desayunar me iba.
¿Quién las mató?... Lo descubrió la propia policía. ¿por qué?, lo explicaré ahora:
Al recibir la llamada la policía, del segundo crimen, era la voz de una mujer y junto al bar-panadería, enfrente, hay una cabina telefónica desde la que avisaron de que había una mujer muerta en el balcón.
La policía elucubró porque la mujer que llamó dijo que estaba en el balcón y la verdad es que la policía la encontró en la cocina, por lo que se sospechó que la mujer sabía algo al decir que estaba en el balcón. ¿Por qué?, en la investigación se descubrió sangre en el balcón por lo que la señora mayor, en su agonía por la pérdida de sangre del degüello se arrastró hasta la cocina donde está el teléfono pero no le dio tiempo al morir desangrada.
La policía, ante sospechas, fue preguntando a los vecinos y descubrieron que era la misma propietaria de la panadería, yo la conozco, que siempre ayudaba a las ancianas, que vivían solas en sus casas, siempre ayudándolas y llevándolas la comida a veces. Le pedían cosas para que las comprara y ella acudía para hacer los recados para las señoras de las que tiene llaves de sus casas.
Por mala suerte es que ellaes de bajo intelecto… ¿por qué? Después de los asesinatos, robó las joyas y el oro, se fue a trabajar a la panadería con las joyas puestas, asombrando a los clientes porque tan pronto tuviera oro y opulencia. ¿Cómo es eso?, además llevaba un moratón en un ojo, de alguna pelea, así como algunos arañazos y eso hizo detenerla. Cerraron la panadería para investigar y se la llevaron presa.
Hasta ahora no se sabe si es culpable o no. No se sabe, sólo es sospechosa.
Esa mujer, la panadera, se llama Anita y tenía, desde antes, una depresión porque su marido hacia poco que murió en un accidente de tráfico y la policía manifiesta que puede ser que esa mujer haya sufrido un trastorno porque es raro que después de apoyar a las ancianas, ayudándolas a comprar, ayudándolas con la comida que llevaba a sus casas… de pronto cambie y mate a las dos.
A la primera, ¿cómo la mató? En hipótesis con un cenicero de metal golpeándola en la cabeza y a la segunda, la degolló con un cuchillo. Pero para explicarlo hace falta que confiese la señora Anita que aún no ha explicado nada y la policía todavía la mantiene encerrada para interrogarla y dejar las cosas más claras.
¡Vaya!, dos estallidos en Mataró, cerca de mi casa y en una zona tranquila y elegante, donde todo está bien. Puede saltar la sorpresa en los vecinos de la primera víctima, cerca de la Plaza de Granollers y que manifiestan que es una zona muy tranquila y que nunca han tenido problemas. Se conocen a las dos: la victima de 86 años y la propietaria de la panadería, Anita, que tiene 52 años y a la que conocemos suficiente de verla cada día… ¿puede su trastorno llegar a matar?
La segunda, de 82 años, vecina de mi casa, es conocida en Mataró como persona buena, simpática, amable y que habla con todos. Siempre, por las mañanas, iba al bar-panadería, siempre, de la que es propietaria la asesina…
Confiar es difícil en y por cada uno.
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